domingo, 27 de mayo de 2012

Ernesto Arosemena se para duro frente al odio (o casi)

Estos han sido días muy activos respecto al debate sobre la homosexualidad en el Ecuador. Los textos de Miguel Macías, Peter Bjerre Mosquera y Paulino Toral fueron efectivos hmm... catalizadores, digamos, de discusión. Todo esto provocado por dos mujeres que se aman, que tienen una hija y quieren para ella el mismo estatus legal que otros niños. En la discusión hay algo que se repite mucho: que los textos son producto de la influencia de la doctrina y enseñanzas de la Iglesia Católica.



Un nuevo artículo en el blog de Ernesto Arosemena, diácono de la iglesia en cuestión, ha empezado a circular en twitter y tiene algunas cosas que decir al respecto. Lo primero, quiere dejar en claro la distancia entre los escritos de arriba y la posición de dicha iglesia, y con razón pues concurrir con y citar a un sacerdote no te hace fuente de doctrina; esos textos, según Arosemena, son despreciables:
(...) existe esta concepción errónea de que cualquier católico habla con la voz autorizada de la Iglesia. Porque algunos piensan que ese infame artículo que salió ayer en aquel prestigioso diario, refleja el pensamiento de la Iglesia, sólo porque al individuo (al autor) se le ocurrió nombrar al P. Paulino Toral, a la Casa de la Vida y a la parroquia Santa Teresita (...) NUNCA leerán en un documento de la Iglesia frases como “Pero lo que jamás debemos aceptar, es que esta clase de desadaptados sociales críe a hijos”, o utilizar en ese contexto la palabra “repugnante”, que tanto parece gustarle a ese señor, o hablar de “sombreros de copa” y “zapatillas malolientes” como aquel otro autor
O mejor dicho, el tono que se usa es despreciable. La Iglesia nunca usaría esas palabras, la Iglesia es educada. La iglesia, nos recuerda Ernesto, dice que los actos homosexuales son intrínseca y objetivamente desordenados y no pueden recibir aprobación en ningún caso y Ratzinger nos dice que los ataques contra la familia hombre-mujer son una amenaza al futuro de la humanidad. Y lo dicen educadamente, sin "Fuck You Libertinos". Lo que no queda claro es de qué forma los artículos infames contradicen el fondo o rompen con la doctrina. Yo hasta diría que si no son fuente, son claramente consistentes con ella.

Lo segundo es el viejo gambito de "odiamos al pecado, no al pecador", mostrando la preocupación de la Iglesia a que las legislaciones protejan la dignidad humana de la persona homosexual. Me pregunto cuál sería la posición de la Iglesia por ejemplo respecto a la iniciativa de Macías de llamar a consulta popular para quitar a los gays la unión libre. Queda claro que se opuso a la unión libre durante el redacción del ladrillo de Montecristi, y que en Argentina fue notable opositor de la propuesta de matrimonio igualitario. ¿Qué legislación es más injusta y agresiva a la dignidad que la que trata a un homosexual como un ente tan defectuoso que se le debe prohibir adoptar niños, unirse con quien quiera bajo protección de ley o simplemente visitar a su pareja en un hospital? Tal vez solo la que penaliza o condena a muerte.

El tercer punto, y el que más ímpetu lleva, es la condena (otra vez al tono) de los bandos:
¿Por qué la violencia? ¿Por qué la rabia y el insulto? Y se lo digo a los 2 bandos, por que tan violento es el “Fuck You, Curuchupa!” de esa página que manejan algunos amigos míos de toda la vida (y que ya ni siquiera me atrevo a leer, por todo el odio anti-Iglesia que ahí se promueve), como aquello de que “ellos (los jóvenes) pueden creer que es normal que los homosexuales y las lesbianas se casen entre sí, que formen una familia, o que adopten niños, lo cual es inconcebible y repugnante.”, que salió en el artículo famoso de ayer. Igualito de dañino.
Y aquí es donde fracasa por completo la defensa de la dignidad que el post sugería. Ernesto ha equiparado como igual de dañinos el ataque personal "Fuck you Curuchupa" y las iniciativas explícitas o veladas en la Trilogía de la Infamia (TM) que buscan legislación en contra de los homosexuales. Insultar a alguien no le impide a nadie llevar a cabo su vida. Yo esperaría que es más fácil ignorar el insulto, desecharlo, o hacer aikido y devolvérselo al emisor que conseguir un abogado y hacer 150 trámites en cortes y registros civiles, esperar a que la Asamblea Nacional decida algo y que al final se presuma que la pareja de Helen es p/madre de Satya sin importar las gónadas que tenga, o que Adán pueda visitar a Esteban como su cónyuge en la clínica.

Al final encuentro tibia la postura de Arosemena. Oponerse a la forma de discurso está muy lejos de combatir el fondo de éste, sobre todo si el estilo que se propone como alternativa sigue siendo consistente con la opresión y con negar el ejercicio de su vida en un estado laico a una minoría. Pero yo soy un ateo sulfuroso, así que es posible que esté pidiendo demasiado.

5 comentarios:

Federico Koelle F. dijo...

Aldo, cómo estás! Te sugiero revisar los comments dentro de dicho post. Revelan una postura inquietante de Ernesto.

Saludos,

Fede

Aldo dijo...

Hola Fede,

Y sí, cuando se saca el tema de pederastia se pone espinuda la cosa y sobre todo si no se dicen las cosas como son. En particular, decir que la pederastia es práctica de la iglesia es presentarle a Ernesto la carnada perfecta para destruir tu crítica a ojos de espectador. Lo que es práctica y política documentada es el *encubrimiento* y el rehusarse a colaborar con las autoridades. Me dio también la impresión que ir por el tema de legislación y doctrina sería más fructífero.

Federico Koelle F. dijo...

Aldo, cómo estás!

Entonces, ciertamente no quedó claro que, al haberme referido a La Iglesia, no me refería a esta como la totalidad de sus clérigos todos, sino como estructura, como institución. Debo tener más atención con esto de la claridad. Gracias!

Un gusto,

Fede

Anónimo dijo...

Una reflexión bastante interesante a tomar en cuenta, la antireligiosidad o antireligion tambien son formas de intolerancia y discriminacion por razones de creencias, eso hay que tenerlo presente si buscamos un estado ecuanime y de convivencia pacifica. La lucha por la defensa de un Estado laico jamas puede apuntar a la eliminacion de ninguna religion o creencia, sino a su regulacion dentro del marco de principios como el de igualdad. Nos guste o no, la libertad de escoger una creencia religiosa o no, o de no escoger ninguna y ademas expresarla y difundirla, es un derecho fundamental del ser humano.

Aldo dijo...

Completamente de acuerdo. Ningún estado que se precie de laico debe poder legislar qué ideas deben estar en la cabeza de las personas, incluendo las religiosas.

Legislar es una cosa. Otra muy distinta es persuadir y señalar las deficiencias de tal o cual doctrina religiosa o tal o cual fiel; es un ejercicio de búsqueda de verdad y es completamente legítimo.

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